martes, 28 de julio de 2009

20/07 Vuelta a la normalidad

La semana pasada fue probablemente la más anodina desde que estoy aquí y no sé si el preludio de otras tantas. Así como quien no quiere la cosa, ya llevo un mes y medio por estos lares y las cosas que se experimentan y su velocidad van poco a poco disminuyendo. Pero bueno, alguna que otra cosa sí que sucede y con ellas vamos a ponernos ahora mismo.

El lunes de la semana pasada fue fundamentalmente el de la expectación en cuanto a la espalda se refiere. Como ya comenté, la noche del viernes fue regular nada más pero afortunadamente sábado y domingo fueron bastante mejores. El lunes las horas de asiento volvieron hacer crecer mis temores (por ahora todavía no mis posaderas pues eso lo voy controlando bastante bien) pero el sofá se mostró un buen aliado y lo confirmó durante los días siguientes.

En realidad, los días siguientes pasaron sin mucho que reseñar. El trabajo está un tanto estancadillo con algunos inconvenientes que han surgido y la carencia de prisas que parece reinar por aquí hasta el momento. Así que yo sigo a mi ritmo y además recupero todas las horas del viaje (y más) de forma que no puedan decirme nada. En todo caso cuando más adelante tenga que "volver" al horario de invierno y eche a la semana un par de horas menos de lo que debiera (sin contar las 15 horas de viajes, claro está) tendré argumentos más que sobrados.

Pues como decía, el lunes me acerqué al Lidl a comprar algo de pan y me encontré con que no había absolutamente nada. No sé si habrán pasado por algún tipo de huelga o qué pero las estanterías de pan daban auténtica pena. Y yo que quería estrenar mi "2-slice toaster" comprado en el Carrefour … Pero bueno, lo estrené una semana más tarde :-). Aquel día me tuve que contentar con una especie de rectángulos grandes en plan "biscottes" que estado tomando para el desayuno.

Y después de eso pues poco más porque los lunes no dan lugar para mucho. Aunque últimamente el avión está llegando antes de tiempo, lo más pronto que estoy en Bratislava es a la una de la tarde y si quiero recuperar casi todo el tiempo, para tener la mitad de la semana más descargada, me tengo que quedar hasta las 7 o las 8. Y, claro está, después hay que procurar no acostarse demasiado tarde para poder dormir y recuperarse del viaje que por mucho que aproveche los aviones para dar cabezadas … no es lo mismo.

Bueno, sí que hubo una cosa interesante el lunes pasado y fue la lectura. El lunes empecé a leer 1984 de Orwell, una de esas novelas de las que siempre, de forma inevitable, has oído hablar pero que nunca has leído. Hasta que, por el motivo que sea, te la encuentras en algún lado (en este caso creo que en un Carrefour) y la compras. Tras acabar en el viaje anterior con otra novela más bien prescindible, el lunes comencé esta. A pesar de que el comienzo era un tanto dubitativo, poco a poco vas teniendo la sensación de que tiene que estar bien y cuando llegué aquí, tras haber leído aproximadamente la mitad, sabía que lo estaría. El viernes a la vuelta pude completar la otra mitad y salí de mis dudas. Sin embargo, la reflexión sobre la novela es probablemente cosa del otro blog :-).

Un saludo, Domingo.

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