Puré para dos, que me comí yo solo, pero bueno. El mares fue un martes normal en el trabajo. Bueno, el trabajo siempre suele ser normal quitando, en todo caso, la hora de la comida así que lo que más me llama la atención suele ser siempre por la tarde noche. En este caso el martes creo que había comido una especie de estofado donde la guarnición eran coles por un lado y pan blanco y blando en rebanaditas como la vez que tomé gulash. La carne fue un tanto sosa pero la verdad es que las coles estaban bastante buenas. Nunca las había probado así.
Por cierto, el Raid de Bratislava funciona muy bien. Tiene puesto en un Bratislavo ascadémico eso de "los mata bien muertos" y esta noche, que me dejé abierta la ventana y encendida la luz, he tenido invitados sobre los que probarlos. Descansen en paz.
Y nada, abrí el paquete y venían creo que cuatro sobres cada uno de ellos para entre tres y cuatro raciones. Miré el dibujo y una ración me pareció poco así que calculé la mitad del paquete. Lo vierto en el cacillo, echo lo que pensaba que era una cantidad de agua decente para empezar, miro algo, vuelvo la mirada sobre el cacillo y estaba completamente seco y en medio una incipiente masa de patata con pinta de querer fraguar si no echaba más líquido. Entonces eché leche (sí ya sé que era lo que debía haber hecho desde un principio pero pensé que con el agua no se me pegaría y mientras me daba tiempo de sacar la leche). El mejunje de pataga fue creciendo hasta que casi me tuve que poner a darle algo de conversación.
Acostumbrado a mis cenas más bien frugales, esta vez pensé que se me iba a hacer ligeramente largo. Pero nada, había que comérselo. Lo que iba a ser el acompañamiento se convirtió en plato principal y lo acompañé con algo de jamón york y tomate. El resultado fue comestible, ciertamente el puré de patata no era un monumento al sabor pero al menos se dejó comer. De aquí en adelante o hago solo un poquito de puré para acompañar o lo uso como espesante, que fue lo que hice ayer :-).
Ya fuera del puré, el martes me eché a dormir al suelo. No es que el calor fuera insoportable y buscara el fresquito, es que la espalda me estaba matando y probé suerte ablandando un poquito el suelo con los dos cobertores que tenía a mano para ver si al día siguiente me dolía menos. El resultado fue un tanto regular pues si bien al día siguiente me dolió algo menos, al final no me ha servido de nada. De hecho esta noche me autocastigo y duermo en el sofá, que tampoco me termina de gustar, pero bueno. Esperemos que solo sea algo temporal.
Un saludo, Domingo.
Y nada, abrí el paquete y venían creo que cuatro sobres cada uno de ellos para entre tres y cuatro raciones. Miré el dibujo y una ración me pareció poco así que calculé la mitad del paquete. Lo vierto en el cacillo, echo lo que pensaba que era una cantidad de agua decente para empezar, miro algo, vuelvo la mirada sobre el cacillo y estaba completamente seco y en medio una incipiente masa de patata con pinta de querer fraguar si no echaba más líquido. Entonces eché leche (sí ya sé que era lo que debía haber hecho desde un principio pero pensé que con el agua no se me pegaría y mientras me daba tiempo de sacar la leche). El mejunje de pataga fue creciendo hasta que casi me tuve que poner a darle algo de conversación.
Acostumbrado a mis cenas más bien frugales, esta vez pensé que se me iba a hacer ligeramente largo. Pero nada, había que comérselo. Lo que iba a ser el acompañamiento se convirtió en plato principal y lo acompañé con algo de jamón york y tomate. El resultado fue comestible, ciertamente el puré de patata no era un monumento al sabor pero al menos se dejó comer. De aquí en adelante o hago solo un poquito de puré para acompañar o lo uso como espesante, que fue lo que hice ayer :-).
Ya fuera del puré, el martes me eché a dormir al suelo. No es que el calor fuera insoportable y buscara el fresquito, es que la espalda me estaba matando y probé suerte ablandando un poquito el suelo con los dos cobertores que tenía a mano para ver si al día siguiente me dolía menos. El resultado fue un tanto regular pues si bien al día siguiente me dolió algo menos, al final no me ha servido de nada. De hecho esta noche me autocastigo y duermo en el sofá, que tampoco me termina de gustar, pero bueno. Esperemos que solo sea algo temporal.
Un saludo, Domingo.
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