miércoles, 9 de septiembre de 2009

28/08 De puzzles

Esa semana, salvo el cumpleaños, hubo poco que destacar. Lo único, quizás, relacionado con el trabajo cuando tuve que ir a otro edificio donde está un proyecto de los tres con los que vamos (o deberíamos) colaborar en breve.

El edificio en cuestión resultó ser un edificio que no tenía nada que ver con el mío y en el que, para entrar, ni siquiera valía mi tarjeta. Menos mal que fui con tiempo o si no me hubiera sido imposible entre ir a un lado, a otro, volver etc. Luego ya, una vez dentro, di mi charlita … con las axilas que parecía Camacho del calor que hacía allí y poco más.

La verdad es que el edificio está muy cerca pero en una zona curiosa. Hay una especie de mini-laguito artificial con unas planchas de metal sobre el mismo a la distancia suficiente como para que no baste dar un paso sino que tengas que dar un saltito pequeño para llegar. Es un sitio bonito, a ver si hago alguna foto. En relación con las fotos, a ver si aprovecho también y subo alguna de las pocas más que tengo a falta de que vaya al puente sobre el río … Danubio a hacer más.

Por lo demás, en cuanto a la semana respecta, poco más. Precisamente quería haber ido esa semana a hacer algo de turismo pero la pereza me pudo. La pereza y que cada vez anochece antes aquí. Ya a las 8 es de noche así que tengo que salir algún día sobre las 6 y tirar al puente a ver si saco esas fotos.

Así que, una vez despachada la semana con cajas destempladas, queda el viernes. El viernes tampoco es que hubiera mucho que destacar. Lo único es que ese viernes llevaba yo la maleta de mano pequeña en la que portaba, entre otras cosas, los panecillos/patatillas con sabor a cebolla y que también hemos visto esta semana en el Aldi (aunque otra marca, claro). Esa semana yo llevaba la maleta de mano cargadilla porque no solo llevaba cosas para mí sino también para regalar al día siguiente. Ciertamente no se trataba de regalos con mucho glamour pero bueno, tampoco me cabía mucho más en la maleta, sobre todo para el número de personas que se trataba. Esperaba yo, poder encontrarme con la azafata de la semana anterior para decirle que, por su culpa, las cosas me llegaron el domingo pero al final no tuve la oportunidad de ser tan malo :-).

Ese día, me dieron además 3 euros de descuento para comprar en el aeropuerto y compré barquillos típicos de Viena. El único punto que se pueda salir algo más de lo habitual es que al llegar a París pasaba yo por el aeropuerto camino de la puerta de embarque cuando escuché a una niña preguntando en español que dónde estaba la puerta de embarque a la que yo iba. Entonces me paré, le pregunté que si iba a Málaga, me respondió que sí yle dije que si quería podía acompañarme. Ella iba junto a su amiga francesa con la que había estado de intercambio y el padre de la amiga que no sé si se terminaba de fiar mucho pero bueno. Nos acompañaron a los rayos X y ya ahí pasamos a la puerta de embarque que estaba a 10 metros.

Y una vez en el avión, allí me encontré con que a mi lado estaban un padre con su hija o su sobrina, pues no lo llegué a entender muy bien. La niña venía de EuroDisney y traía en particular el típico puzzle de 3x3 con una pieza que falta y que no sabía completar. Llegado un momento y viendo que el adulto que la acompañaba tampoco era probable que supiera hacerlo, paré de leer para explicarle a la niña los dos truquitos con los que podría hacer cualquier puzzle de ese tipo. Tuve que explicárselo varias veces a la niña hasta que lo entendió el adulto :-S. Al final sí parece que ambos acabaron entendiéndolo :-). Finalmente llegaría a Málaga y ya como siempre.

Un saludo, Domingo.

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