El resto de la semana no tuvo mucho que contar. Se podría resumir con un lacónico "del apartamento al trabajo, del trabajo al apartamento", vamos como cualquier otra semana. Bueno, evidentemente el resto de cosas no fueron como cualquier otra semana, pero lo relativo al trabajo sí. En lo no relativo al trabajo, si no recuerdo mal, por fin probé la sandía de Bratislava.
La sandía de Bratislava, aparte de ser una especie de golosina para esta gente que incluso se lleva "tuppers" al trabajo con triangulitos de sandía que se van comiendo, me resultó como la típìca sandía española de la que decimos simplemente que está buena porque está fresquita. Lo mismo es solo la que yo probé, pero, si era buena, desde luego no tenía el sabor de las sandías españolas que salen buenas.
Además de la sandía, también tuve oportunidad de probar la restauración china bratislava aunque la verdad es que eso tampoco es que tenga mucho mérito. Que yo recuerde, cerca del apartamento hay no menos de dos bistrós asiáticos, un gran restaurante chino anexado a un hotel prácticamente al lado del trabajo y un restaurante que tiene pinta de japonés. Yo fui al restaurante chino.
Aunque la verdad es que fue solo porque era eso o nada. Aquí la mayoría de los comercios cierran pronto (como en el resto de Europa). El mercadillo a las 18:00, los restaurantes a las 22:00 y por ejemplo el restaurante griego cierra a las 23:00 en lo que cabría calificar como un guiño a la cultura mediterránea. Los restaurantes del centro cierran a las 22:00 los que yo he visto. Pues bien, salimos a cenar prácticamente a las 22:00 y ya era cuestión de ver qué se podía encontrar … y encontramos el chino del hotel que cerraba a las 24:00.
Es un restaurante muy curioso, con una decoración muy "china" y además con una riqueza y profundidad de detalles que casi resultaba raro pensar en él como en el típico restaurante chino con pinta de cutre. Además estaban de obras en la sala de al lado, no sé si para reformarla, redecorarla, anexionarla pero algo así. Por ese motivo al principio tampoco quedaba muy claro si estaba abierto pero finalmente sí que lo estaba y, de hecho, la puerta principal estaba por otro lado.
Cenamos y la verdad es que todo estaba muy bueno. En cuanto a precio, era un pelín caro para los estándares de aquí, pero bastante asequible para los estándares españoles. Y más que nada con la panzada de comer que nos dimos.
Una cosa curiosa sobre el restaurante fueron los camareros. La camarera que nos atendió era un tanto difícil de entender aunque finalmente nos las arreglamos. Además, llegadas las 23:00 o así, varios de los trabajadores salieron de la cocina con lo que se iba a convertir en su cena. Entre los diferentes platos, el tradicional plato hasta arriba de arroz. Comieron relativamente rápido y procedieron a recoger. Por cierto, no sé si curiosamente pero fueron las mujeres las que recogieron.
Poco después seríamos nosotros los que terminaríamos y tras pagar, evidentemente, nos volvimos para el apartamento. Así que nada, ya he probado comida típica eslovaca (o de alrededores), comida griega, china, mexicana (en los buffets del mediodía), rápida y creo que solo me faltarían la pizza (aunque debería ser igual que en todos los lados) y alguna que otra que hay por el centro como la india. Lo mismo el fin de semana que me tengo que quedar aquí voy y pruebo.
Un saludo, Domingo.
miércoles, 9 de septiembre de 2009
19/08 Del apartamento al trabajo ...
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario