martes, 15 de septiembre de 2009

02/09 Importando

El miércoles y el jueves fueron … digamos que intrascendentes desde el punto de vista del trabajo. Si no recuerdo mal, lo dediqué a intentar descifrar algo que al final no conseguí descifrar del todo y que todavía tengo pendiente. Lo más importante, sin duda, fueron las compras. En particular el miércoles lo dediqué a comprar las bebidas, Kofola, Mirinda y Cerveza para familiares y amigos. Bueno, solo para familiares.

Primero fui al Lidl, allí compré la Kofola que, como iba a pesar más, prefería no traerla desde el Carrefour. Compré además la cerveza típica de aquí; al menos la que se ve anunciada en todos los lados y una segunda marca por si acaso. Me habían dicho que la cerveza checa era mejor pero todas las que vi eran eslovacas así que cerveza eslovaca al canto. Tanta insensatez alimentando vicio ajeno evidentemente tendría que pagarla :-).

Luego me di mi paseíto hasta el Carrefour. Saldría de aquí a las 7 y cuarto o así y llegaría aproximadamente media hora después y ya era casi de noche. Entré en el Carrefour y todo estaba lleno de material escolar. De hecho, esa mañana había visto yo un montón de gente llevando niños a los colegios y, además, una furgoneta de televisión que supuestamente estaba informando del primer día de clase.

No compré nada de colegio y de lo demás, pues creo que compré panecillos (bollitos de leche a 5 céntimos que congelaría y me solventarían los desayunos de la semana siguiente). Lo que sí compré fue botellines de Kofola y Mirinda. Por cierto que los botellines aquí son extremadamente caros. Por ejemplo un botellín de medio litro de Kofola o Mirinda (el nombre coexiste con el de Fanta) debe costar unos 70 céntimos. Los dos litros de Kofola 95 céntimos en el Lidl y 99 en el Carrefour :-O.

Y alguna cosilla más compraría, aunque no recuerdo qué. El caso es que emprendí el camino de vuelta, camino que al igual que el de ida fue algo más rápido pues tomé un atajo. Eso sí, la vuelta me pasé de frenada y al final tuve que retroceder un poco aunque poca cosa. Llegué coloqué las cosas en la maleta comprobando que cabía todo y lo de siempre, ducharse, cenar etc.

El jueves me lo tomé de descanso y lo único es que creo que volví a pasar por el Lidl. Por lo demás dejé hecha la maleta que quedó "preta", "prieta" o "pretá" como se prefiera. El caso es que a causa de la "pretez" esperaba yo que, sobre todo las latas de cerveza, no hicieran de las suyas. Al menos el resto lo intenté resguardar lo mejor que pude y ya está.

Un saludo, Domingo.

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